Fuente: genotipia
Hoy, 31 de julio de 2019, se inicia el primer ensayo clínico que utilizará la tecnología CRISPR de edición del genoma directamente en pacientes. En el ensayo se probará un tratamiento destinado a corregir, en las propias células de los pacientes, la mutación responsable de una ceguera hereditaria.
La amaurosis congénita de Leber, principal causa de ceguera infantil, engloba a un conjunto de trastornos oculares de inicio temprano que afectan al desarrollo y función de la retina. La característica principal de esta enfermedad es la pérdida significativa de visión a edad temprana, que puede progresar en el tiempo a una ceguera total.
Aproximadamente el 70% de los casos de amaurosis congénita de Leber son causados por la presencia de mutaciones en genes relacionados con el desarrollo de las células fotorreceptoras, la percepción visual o la transformación de la información visual en señales eléctricas hacia el cerebro. La forma más común de amaurosis congénita de Leber está producida por mutaciones en el gen CEP290, que codifica para una proteína localizada en centrosomas y cilios. En la actualidad se conocen al menos 35 mutaciones en este gen que comprometen su función y causan la enfermedad.
El sistema de edición CRISPR tiene la capacidad de detectar una mutación concreta y corregir el genoma en esa posición concreta. Su funcionamiento es muy sencillo: CRISPR consta de dos elementos principales, una enzima nucleasa que corta la doble cadena de ADN y un ARN guía que posiciona a la nucleasa para que ejerza su acción en una localización concreta del ADN, como por ejemplo, donde ocurre una mutación patológica.
El ensayo clínico que se inicia mañana reclutará pacientes con amaurosis congénita de Leber producida por una mutación concreta en el gen CEP290 y utilizará CRISPR para corregir esta mutación en las propias células fotorreceptoras afectadas por la enfermedad, con el objetivo de evitar su degeneración y muerte celular. El ensayo estará a cargo de Editas Medicine, empresa especializada en edición del genoma, y Allergan, empresa farmacéutica internacional.
El equipo responsable del ensayo planea separar los pacientes en diferentes grupos (adultos o niños) y evaluar diferentes dosis de tratamiento en una única aplicación, que se administrará en uno de los ojos de cada paciente. La evaluación de la seguridad, la toxicidad y efectividad del tratamiento serán los objetivos primarios del ensayo. Para ello, los investigadores monitorizarán diferentes variables de la visión en los pacientes, y registrarán cualquier respuesta adversa.
Esta será la primera vez que se utiliza CRISPR de forma directa en un paciente. Anteriormente se había utilizado CRISPR en un ensayo clínico ex vivo en el que se tomaron células inmunitarias de pacientes con cáncer, se modificaron para aumentar su respuesta antitumoral y se volvieron a introducir en los pacientes. Sin embargo, todavía no se había utilizado CRISPR directamente en un paciente. En este caso, para conseguir que los componentes CRISPR lleguen a las células a tratar, los investigadores administrarán el tratamiento mediante una inyección en el espacio subretiniano. Dado que el ojo es un órgano aislado del resto del organismo por diversas barreras, esta aproximación facilita que el tratamiento sea específico y haya menos riesgo de que afecte a otras partes del organismo.
Si bien es la primera vez que se utiliza CRISPR in vivo, no es la primera vez que se utiliza una herramienta de edición génica directamente en un paciente. A principios de año se publicaron los primeros resultados de un ensayo clínico de Sangamo Therapeutics, donde se trataron pacientes con enfermedades metabólicas con otro sistema de edición genómica: nucleasas de dedos de zinc.