Fuente: Las provincias
Un prototipo testado con futbolistas ciegos les llevó a especializarse en calzado con contrastes de texturas y colores para videntes e invidentes La alicantina Timpers promueve la plena integración de personas con discapacidad mediante la venta de deportivas
Vender zapatillas diseñadas por ciegos, al tacto, como vía para triunfar en el mundo de los negocios y, a la vez, promover la integración plena de las personas con discapacidad e intentar acabar con las barreras y estereotipos al respecto. Esa es la apuesta de los tres socios fundadores de la alicantina Timpers, flamantes ganadores del Premio al Emprendedor con Discapacidad que les otorgó hace días la prestigiosa Revista Emprendedores.
La aventura empresarial de Aitor Carratalá, Roberto Mohedano y Diego Soliveres arrancó en torno al equipo de fútbol para ciegos de Alicante, del que eran entrenador, guía y jugador, respectivamente. La forma en que los futbolistas ciegos conocieron un primer prototipo, metiendo la mano, doblando la zapatilla o palpando los cordones y las diferentes texturas, les animó a diseñar juntos un modelo a través del tacto con el que, a mediados de 2018, ganaron un concurso de emprendimiento de la Universidad de Alicante.
Fue entonces cuando el equipo fundador de Timpers se consolidó y el reconocimiento obtenido les llevó a especializarse en este tipo de zapatillas, diseñadas por personas ciegas para conquistar a los amantes de las deportivas, sean videntes o invidentes. Para ayudar a ‘ver’ ese calzado a través del tacto, utilizan contrastes de texturas, de materiales y de colores, cordones redondos más fáciles de atar y desatar y con una longitud adecuada para evitar pisarlos, además de incluir la marca bordada en sistema braille.
Los tres socios de Timpers tienen en común su afán por impulsar un proyecto innovador dentro del mundo del calzado, tan arraigado en su Alicante natal, y el hecho de tener distintas discapacidades. Aitor, responsable de marketing y branding, padece fibrosis quística, mientras que Roberto, consejero delegado y a cargo de la producción y las finanzas, fue transplantado de riñón y Diego, diseñador y encargado de la comunicación, sufre retinosis pigmentaria. Para ellos, más que un impedimento, es algo que les define como «una plantilla muy capacitada, por no decir la más capacitada», y que apuesta por seguir creciendo con esa filosofía de compañía integradora a fin de «demostrar que una empresa con estas características puede ser rentable y exitosa».
La firma inició hace un año la venta a través de su página web de la primera colección de zapatillas inclusivas, fabricadas íntegramente en la provincia de Alicante, y el pasado mes de mayo se incorporó a uno de los programas de Lanzadera, la aceleradora de empresas de Juan Roig.
«Nos está ayudando a crecer y, sobre todo a aprender», subrayan sobre su paso por el complejo impulsado por el presidente de Mercadona. Al respecto, destacan el impulso logrado tras dejar su vida anterior para dedicarse en exclusiva al proyecto empresarial, la formación que reciben y, sobre todo, «el incalculable valor que aportan los otros emprendedores, en una convivencia en la que todo el mundo trata de ayudarse», subraya Diego Soliveres.
El primer año de Timpers deja tras de sí un balance «fantástico», en el que pronto agotaron los 400 pares de su primera colección de zapatillas y, ya bajo el paraguas de Lanzadera, realizaron una preventa de 1.200 pares repartidos en cuatro modelos, de los que actualmente apenas les quedan quinientos. La marca prepara nuevos lanzamientos con motivo del Black Friday y pronto tendrá a la venta siete modelos.
Los retos más inmediatos de la firma son crear empleo y dar el salto a la comercialización en tiendas físicas. «Queremos seguir creciendo bajo la filosofía de contratar a gente tan capacitada como nosotros y normalizar esta situación, lanzar el mensaje de plena integración de las personas con discapacidad utilizando como vehículo las zapatillas, y por eso uno de los objetivos que más ilusión nos haría es llevar a la práctica esa filosofía y contratar a los primeros empleados», apunta.
Desde Timpers también consideran un hito llegar a las tiendas físicas, por una cuestión de demanda pero también «para que la gente pueda tocar las zapatillas y sentir lo que proponemos a la hora de diseñarlas». Según Diego Soliveres, «tener tienda propia es el sueño de cualquier emprendedor» aunque, de momento, negocian con operadores comerciales para vender sus zapatillas dentro de sus establecimientos.